El Colgado es una de las cartas que más asusta a muchos de mis consultantes. Y no es extraño que esto pase, es un arcano que se ha comprendido negativamente desde hace décadas. Muchos lo han visto como un anuncio de que algo malo va a pasar, otros creen que la carta está invertida y hay una energía bloqueada, otros lo han asociado con amarres y brujería o con energías ocultas que nos paralizan. Pero, nada de esto es cierto. La verdad espiritual que nos plantea este arcano está más allá de todo el miedo y oscuridad que se ha proyectado sobre su imagen
Por eso quiero reflexionar un poco sobre esta carta y comprender cuál es el trabajo interno que nos propone. Es cierto, de los 22 arcanos mayores es el único cuya figura aparece al revés, recordando tal vez alguna de las posturas invertidas del yoga o la posición del bebé cuando se prepara para nacer. Pero ¿por qué?, ¿qué nos quiere decir con esto? Parece que él mismo ha elegido estar así, mirando el mundo al revés para ver la realidad que lo rodea desde una mirada nueva, distinta, única. Como si estuviera preparándose para renacer.
Según mi experiencia, nos está invitando a ver la vida y eso que llamamos “mi realidad” de otra manera, a invertir nuestra propia mirada sobre situaciones que enfrentamos y que nos causan estrés y sufrimiento, a salir de encasillamientos mentales, a soltar creencias, a contemplar nuevas opciones, a ser creativos. Ver el mundo con los ojos de El Colgado nos permite entregarnos a una dimensión de la conciencia en donde la confianza en los procesos de la vida guía nuestros pasos.
Su posición también es una invitación a aquietarnos, a vaciar la mente de creencias limitativas, a recogernos internamente, a estar en silencio. Es desde la calma mental que podemos comunicarnos con la vida desde otra perspectiva. El Colgado tampoco parece renegar de su postura. Guarda energía para el paso que viene (el arcano XIII) y se entrega con fe al devenir de la vida. Acepta y confía y, al hacerlo, nos cuestiona: ¿qué tanto acepto las circunstancias de mi vida? ¿Qué tanto control necesito tener sobre situaciones y personas? ¿Qué tan fácil puedo invertir mi mirada y buscar creativamente soluciones? ¿Qué papel ocupa la meditación en mi vida? ¿Puedo estar en silencio? ¿Confío en los procesos de lo vida o me da pavor la incertidumbre y lo desconocido? ¿Puedo tomar la vida cómo es ahora?
En estos días los invito a trabajar con este arcano. Abran un espacio dentro de su rutina para la meditación o el yoga, si les gustan estas prácticas, o simplemente busquen un espacio para respirar y permanecer en silencio. Observen qué pasa cuando logran verse a ustedes mismos y a las circunstancias que han atraído a su vida de otra manera. O qué tan difícil o fácil les resulta parar, bajar el ritmo y estar en rato quietos y en silencio. Si les funciona, escriban lo que van descubriendo. Tal vez no hay que cambiar el mundo, tal vez solo es necesario observarlo con otros ojos y empezar a cambiar nosotros mismos.
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